Teteltzincu, Morielos, a 25
de noviembre de 2022.
Unte tlajcuilestle “escrito dos”:
Guerra de conquista y municipalización en Tetelcingo.
A los hermanos y hermanas mosiehualte
de Tetelcingo y sus trece colonias.
A los hermanos y hermanas: mixtecos,
zapotecos, tlapanecos, nahuas y demás etnias asentadas en el Municipio de
Cuautla y municipios vecinos: Yecapixtla, Atlatlahucan, Yautepec y Villa de
Ayala.
A los hermanos y hermanas indígenas
de México.
A los hermanos y hermanas indígenas
de América Latina.
A los hermanos y hermanas del mundo.
Chichihuasque
ma cuale yeco “esperamos que estén bien.”
Cache oxo, ca ini nonca totlajtule ca melohuac
cuale, toneque totlajtlatus ipa mosiehualte tobiebejcohua, inu mosiehualcayutl uo
inu yaoyotl Castilteca uo tlica mochihuas Municipio Teteltzincu… “Hoy, queremos compartirles nuestra palabra verdadera, sobre
los antiguos mosiehualte, los mosiehualcayutl, la guerra de los
de Castilla (los españoles) y el porqué debe crearse el Municipio de Tetelcingo”.
En la Carta primera (véase: https://bit.ly/3EupLBQ), les dijimos que los
mosiehualte descendemos del tajtle TLALOCELOTL, el fundador del pueblo de Teteltzincu.
Tlalocelotl deriva del náhuatl tlali o tlole “tierra” y ocelotl “jaguar”, significa,
strictu sensu: “Jaguar de tierra”.
Sin embargo, este significado etimológico no es suficiente. Es necesario que
entendamos el significado desde la filosofía ancestral de los nahuas. En el
siglo XVI, Domingo Francisco de San Antón Muñón Chimalpain Cuauhtlehuanitzin, nahua
de Amecameca, escribió, en lengua mexicana, un conjunto de relaciones
(crónicas) sobre el origen de los Chalcas. Estos importantes documentos
históricos se encuentran en la Biblioteca Nacional de Francia. En la Sexta
relación, Chimalpain dice: “Inic achtopa quixtetzotzonaco quahuitl
yehuatl in Tliltecatzin, in axcan motoyotia Quauhxayacatitlan; no icuac oncan
tlaminque in chichimeca oncan quiminque tlatlauhqui ocelotl niman onca sa
capechtli oncan quitacaque in ocelotl in axcan motocayotia sacapechco… “Cuando
por primera vez Tliltecatzin vino a
grabar con piedras la superficie de los árboles, que ahora se llama Cuauhxayacatitlan, también entonces allí
flecharon los chichimecas, allí flecharon al ocelote bermejo,
enseguida colocaron allí al ocelote en la cama de zacate que
ahora se llama Zacapechco…”[1] De aquí,
el especialista del náhuatl, Simeón, sugiere que OCELOTL
significa “gran guerrero, capitán valiente”.[2] Por otro lado, TLALI O TLOLE, no sólo
significa “tierra”, sino también “mundo”. En mosiehualcupa de
Tetelcingo, tlol-tepactle o tlol-tecpac quiere
decir “mundo o tierra”. Entonces, TLALOCELOTL, el fundador de Tetelcingo,
significa, latu sensu: el gran guerrero, el valeroso Tajtle de los mosiehualte
en la tierra-mundo. En fin, los mosiehualte somos descendientes de los
valerosos guerreros del aquí y el ahora, de la tierra-mundo, de todo lo que es
inmanente. Los teteltzinteca somos guerreros inmanentes. Somos personas
jaguares.
Hermanos y hermanas, pero la vida social,
cultural y política de los hombres y mujeres jaguares de Tetelcingo fue interrumpida
por el imperialismo económico de la Corona española del siglo XVI.
Los Anales de Tlatelolco de 1528,
nos cuenta: “Matlactlomei tochtli xihuitl iquitoque spañoles atla; no iquac
miquito mexica tloapa. Ce Acatl xihuitl ipan quisato spañoles in Tecpantlayacac;
niña ic Capitán. In iquac oquisaco Tenpatlayácac nima ye quinamiqui
cuatlaxtecatl; in uncan qui mamaca in teucuitlatonatiuh, centetl coztic centel
iztac, yoan tezcacuitlapilli yoan teucuitlaquaapaztli teucuitlaquatecusiztli
yoan quetzallapanecayotl epchimalli… “En el año 12 Tochtli “Conejo”
(1518), los españoles fueron vistos en la costa; en ese entonces, también
algunos mexicas murieron en el mar. En el año 1 Acatl “Caña” (1519) los
españoles llegaron a Tecpantlayacac y luego se presentó el Capitán. Cuando
llegaron a Tecpantlayacac, los cuetlaxtecas salieron a recibirlos: les
regalaron dos soles, uno de oro y otro de plata, también un espejo de espalda,
un casco de oro para la cabeza, (otro) casco de oro en forma de caracol, un
tocado de plumas de quetzal y un escudo de concha nácar.[3]
En efecto, Hernán
Cortés, el Cachopi, llegó a las costas del golfo de México en
1519. Juan de Grijalba había explorado la misma costa un año antes, el 04
de abril de 1518. Este mismo año, el 23 de octubre, el gobernador de Cuba,
Diego Velázquez, teniente del Almirante Diego Colón, nombró Capitán general a
Hernán Cortés, para la expedición de Conzumel. Cortés ancló en Conzumel, el 27
de febrero de 1519. Comandaba diez navíos, un bergantín, 508 soldados, 100
marineros, 16 caballos, 10 cañones y 4 falconetes. Cortés tenía 34 años, había
sido Oficial del Tesorero Pasamonte e integrante del equipo de gobierno de Velázquez,
en Cuba. En 1519, Cortés llegó al Anáhuac
como un “gentil corsario de las costas de Cuba”, porque rompió los
acuerdos legales con el gobernador Diego Velázquez.[4] En otras
palabras, Cortés hurtó los títulos jurídicos, tanto públicos y privados, acordados
con el gobernador. Este hecho convertía al Capitán general en DELINCUENTE para
la jurisdicción de la Corona de Castilla y no menos para las leyes del Imperio
Mexica, pues la jurisdicción de Castilla no legitimaba su proyecto de poblar y
conquistar el Anahuac y el derecho azteca invalidaba cualquier
acto público o privado del invasor.
Por encima de
la quid iuris (cuestión jurídica) de Castilla y Anáhuac, Cortés creó el primer municipio
en la Villa Rica de la Veracruz, en 1519. Con este acto Cortés buscó
una salida a su condición jurídica de corsario. El 10 de junio de 1519, la hueste
de Cortés firmó el acta en la Villa Rica de la Veracruz y creó la comunidad
española autónoma bajo la autoridad del Rey, en territorio del Imperio
Mexica. Erigieron el Ayuntamiento y eligieron
el cabildo de Veracruz, designaron nuevos cargos oficiales reales. Cortés
renunció a sus poderes delegados por el gobernador Diego Velázquez y eligieron a
Cortés Alcalde y Justicia Mayor y Capitán General. Para algunos especialistas, Cortés
legalizó su situación jurídica con la erección del “PRIMER” municipio. Sin
embargo, para nosotros, ese primer municipio estuvo al margen de la
JURISDICCIÓN de Castilla y el DERECHO MEXICA de la época. Del primero, porque
Castilla tenía, en 1516, jurisdicción sólo en las islas Española (Haití), San
Juan (Boriquen o Puerto Rico), Santiago (Jamaica) y Fernandina (Cuba); en Tierra
firme, en Pedro Arias, el Obispo Fr. Juan de Quevedo, entre otros. Así, el municipio
de la Villa Rica de la Veracruz no se fundó bajo la jurisdicción de Castilla,
por tanto, la fundación del primer municipio fue, según las leyes de Castilla, ILEGAL.
Desde el derecho mexica o azteca, también fue ilegal, porque el Rey Moctecuzoma
siempre pidió a Cortés que se retirara de su jurisdicción. Sin importar lo anterior,
el Corsario Hernán Cortés fundó el primer municipio en México.
Pues bien, hermanos
y hermanas mosiehualte, zapotecas, mixtecas, tlapanecas y anexas, después
de la fundación municipal, Cortés y sus aliados (pueblos indígenas) avanzó
hacia la ciudad de Tenochtitlan.
Los Anales
de Tlatelolco describen: “Sa
niman iquac acitihuetzico Tenochtitla; in acico quecholli, cemilhuitonalli
Chicuey Ecatl. In ounacico Tenochtitla nima ye tiquimamaca in totolli in
totoltetl in iztac tlaolli in iztac tlaxcalli… “Pero pronto (los españoles) llegaron a Tenochtitla; llegaron (en la
veintena) de quecholli, en el día ocho viento. Cuando llegaron a Tenochtitlan
les dimos guajolotes, huevos, maíz blanco y tortillas blancas…”[5] Esta crónica
tlatelolca coincide con la registrada por el humanista cristiano Fray Bartolomé
de las Casas, testigo ocular de la época. Las Casas nos comparte su palabra: En
Cholula (Puebla) los señores de la tierra recibieron a los cristianos
(españoles) con grandes reverencias y
aposentos. Pero los españoles hicieron una matanza, para sembrar temor a los indios.
Ponían en marcha esta estrategia militar: llamaban a todas los señores y nobles
de la ciudad, platicaban con el Capitán, luego los apresaban. Pedían cinco o seis
mil indios para trasladar la carga. Después, a todos los juntaban en el patio y
los mataban y los hacían pedazos. No hubo misericordia ni compasión. Gritaban niños,
mujeres y viejos, pero los españoles no se compadecían. Los cristianos hicieron
otra gran matanza en la ciudad de Tepeaca. Más tarde, los conquistadores caminaron,
dice Las Casas, hacia México.[6]
Pero no es todo hermanos y hermanas, a la matanza de Cholula y Tepeaca, siguió la matanza de Tenochtitla. Continúa la voz tlatelolca: “Auh in Capitán niman ye ic unpeua atenco, quicauhtia in don Pedro Alvarado Tonatiuh. Nima ye quitemolia Motecuzoma in quenin quilhuiquistilia inteuh; nima ye quimilhuia: "¿Quenami? Ma xictlalica in quesquich itlatlatquio, ma xicchiuaca". In iquac tenauati Tonatiuh ye ilpitoc Motecuzoma yoan in Tlatilulco Itzquauhtzi tlacuchcalcatl. Iquac quipiloque Acolhuaca pilli Nesaualquentzi Atenantitech; icome mic Nauhtla tlatoani itoca Coualpopocatzi, quimiminque, in ocomiminque ye nemitican tlatlac. Inic tlapia tenochca Quauhquiauac, centlapal in calma tenochca, centlapal in calma tlatilulca... “Después el Capitán (Hernán Cortés) partió para la costa, dejando (en su lugar) a Don Pedro de Alvarado Tonatiuh. (Éste) preguntó a Motecozoma cómo acostumbraban celebrar la fiesta de su Dios; le dijo: “¿De qué manera se hace?” Revestidle sus atavíos; celebrad (la fiesta)”. Cuando esto ordenó Tonatiuh, Moctecuzoma e Itzcuauhtzin, el tlatelolca tlacuchcalcatl, ya estaban presos. Entonces ahorcaron en Atenantitech a Nesaualquentzi, principal de Acolhuacan; también fue muerto Coualpopocatzi, tlatoani de Nauhtla, a quien flecharon y luego quemaron vivo…”[7] El evento fue similar al de Cholula y Tepeaca. El rey Moctecuzoma envió muchos presentes (oro y plata), señores y gentes y fiestas para encontrar a Cortés y sus aliados. Moctecuzoma salió, el 8 de noviembre de 1519), junto su hermano Cuitlahua y su sobrino Cacama y toda su corte, a recibir a Cortés y lo llevó a su casa, ofreció su amistad al Rey y se bautizó bajo la religión cristiana. Después de cuatro días, Cortés hizo prisionero a Moctecuzoma. Algunos meses después, Cortés partió al puerto porque supo que habían llegado algunos barcos y debía aprehender a un Capitán. Tomó peones y gente de servicio y trasladó el tesoro al puerto. Dejó en su lugar a Alvarado. Enseguida, en la fiesta de Toxcatl, el 19 de mayo de 1520, los mexicanos tocaban sus instrumentos y bailaban el masehualistle. Participaron más de mil caballeros, portaban las mejores joyas y no portaban armas ni defensa alguna. Los tlaxcaltecas y Alvarado levantaron un falso testimonio y mataron a los mexicanos. Los españoles abrieron los cuerpos desnudos con sus espadas y derramaron la sangre. Impusieron la amargura y el dolor.[8]
La crónica
tlatelolca agrega: In isquichti
cuicoanoaya muchinti tlatlataque unca mique; in techpeualti ye techmictia yei hora, in untemictique teutualco… “Allá murieron los que cantaban y danzaban y todos
los que estaban mirando; durante tres horas nos atacaron y nos hirieron y (a
muchos) dieron muerte en el recinto
sagrado…” Los indios vieron la injusticia y la crueldad en tantos inocentes. Auh
in tlatoani Motecuzomatzi Tenochtitla quiuicatinemi
in Itzquauhzi tlacuchcalcatl Tlatilulco in quintlacaualtiaya spañoles.
Quimilhuiaya: "¡Totecuiouané, ma isquich! ¿Tle amailia? Motolinia
maceualli; cuix ichimal cuix imaquauh yetinemi? Ca mopetlauiltitinemi". In
acico Capitán ye utechmicti Tonatiuh, ye cenpoualilhuitl techpoyomicti in
Tonatiuh, inic uia Atenco Capitán... “Motecuzomatzin, tlatoani de Tenochtitlan,
acompañado por Itzquauhzi, el tlacochcalcatl de Tlatilulco, trataba de calmar a
los españoles. Les decía: “¡Señores, ya basta! ¿Qué estáis haciendo? Pobre gente,
¿acaso traen escudos y macanas? Están desarmados”. Cuando regresó el Capitán,
ya Tonatiuh nos había muerto a traición, cuando el Capitán había partido para la
costa.”[9]
Entonces, hermanos y hermanas mosiehualte, mixtecos, zapotecas, tlapanecas y anexas, la guerra comenzó entre mexicas y españoles. Dicen los tlatelolcas: Inic onacico amo yaotica namicoc, san iuian in oncallaquico; auin imoztlaoc in tiquintocaque, tlacauacac, ye ic untzinti yaoyotl “Al llegar (Cortés), no se le recibió hostilmente, y pudo entrar con tranquilidad, pero al día siguiente, se alzó la gritería y así comenzó la guerra…”[10] Duró siete días. Moctecuzoma trató de calmar a los mexicanos, pero éstos le espetaron: COBARDE Y ENEMIGO DE LA PATRIA. De las Casas agrega: los indios de toda la comarca, todos juntos, combatieron con ferocidad que los cristianos y sus aliados huyeron de la ciudad por la calzada Tlacopan, pero antes mataron al Rey Cacamatzin. Los indios mataron a muchos cristianos en los puentes de la laguna con justísima y Santa guerra, por las causas justas, que cualquier hombre razonable y justo la justificaría.[11]
A los dos meses,
veinte días de guerra, los españoles y aliados fueron a Uaxtepec a combatir al
ejército mexicano. Cuentan los tlatelolcas: NapoaItica ye nocepa quisaco
Uaxtepec, Quauhnauac; unca ualtemoc Xochmilco, unca mique tlatilulca… “A
los 80 días se fueron para Huaxtepec y Cuauhnáhuac; de allá bajaron a
Xochimilco, donde murieron [algunos] tlatelulcas…” De acuerdo a Solís, los
mexicas se refugiaron en Guastepeque y los españoles fueron por ellos.
Al frente de la campaña estuvo Gonzalo de Sandoval. Antes de llegar a Uaxtepec,
alrededor de 15 mil nahuatlacas marchaban hacia la campaña de los cristianos
para pelear. Los españoles escucharon los sonidos y timbales de guerra.[12] Pero la
superioridad armamentista del invasor sometió a los mexicanos. Los guerreros mexicanos
volvieron a Uaxtepec. Más tarde, los españoles tomaron, a cuchilladas, el poblado.
Murieron muchos mexicanos, porque la resistencia era obstinada.[13] Sin
duda, en esta resistencia participaron los mosiehualte, porque su territorio
estaba sujeto al señorío de Uaxtepec. Después de la derrota, llegaron los
principales de los pueblos del señorío y se entregaron rendidos y desarmados.
Y bueno, hermanos y hermanas mosiehualte, mixtecas, zapotecas, tlapanecas…, poco después cayó preso Cuauhtemoctzi en Tenochtitla. Dicen los tlatelolcas: "Ye yuhqui in ounalquiz, niman ye ic ui Coyoueuezi, Topantemoczi, Temilozi auh in Quauhtemoczi; concauaco in Quauhtemoczi in uncan catca Capitán, don P[edr]o Alvarado, Malintzi. In ounanoque iquac peuh y ye quisa maceualli in canpa motztilitia ini quixoa, in oca tzotzomatzintli ic motzinilacatzotiuh… “Cuando todo hubo terminado, Coyohuehuetzin, Topantemoctzin y Temillotzin fueron [acompañando a] Cuauhtémoctzin, lo fueron a dejar a donde se hallaban el Capitán, don Pedro de Alvarado y Malintzin. Una vez presos [los señores], la gente empezó a salir, andaban buscando por dónde salir, y se enrollaban a la cintura apenas algún andrajo…”[14] En efecto, el día ome Malinalli, del mes Hueytecuylhuitl, 24 de julio de 1521, Cortés e Ixtlilxuchitl ganaron Tlacopan, derribaron y destruyeron el palacio del Rey Cuauhtémoctzin Ganaron las cuatro partes de México. Ixtlilxuchitl pidió a los vencidos mexicanos que hicieran la paz con los cristianos, pero la rechazaron. Los mexicanos dijeron que preferían morir por su patria[15] Murieron más de 15 mil hombres. Cuauhtémoc fue detenido en Tlacochcalco (hoy parroquia de Santa Ana), el 13 de agosto de 1521, día de San Hipólito Martir, por el Capitán García de Holguín. Holguín lo llevó ante Cortés. Ahí, Cuauhtemoc tomó el puñal de Cortés y le dijo: “¡Ah Capitán! Yo ya he hecho todo de mi poder para defender mi reino, y librarlo de vuestras manos; y pues no ha sido mi fortuna favorable, quitadme la vida, que será muy justo, y con esto acabaréis el reino mexicano, pues a mi ciudad y vasallos tenéis destruidos y muertos…”[16] Entonces el pueblo se rindió, dejó las armas. La palabra tlatelolca remata: "Yei Calli xiuitl ica poliuh altepetl, inic tixitinque ipan nexochimaco, cemilhuitonalli Ce Couatl... “En el año 3 Calli [1521] pereció la ciudad; cuando fuimos derrotados fue en nexochimaco, en el día de signo 1 Cóhuatl “serpiente”.
Hermanos y hermanas indígenas, después de la caída del imperio, Cortés y sus aliados se reunieron en Coyoacán. "Auh ye onoque Coyoaca ye unca xexeliuh nouian altepetl; niman ye ic momaceualmaca in ixquich nouian altepetl. Ye iquac tenemactic, ye iquac nema ceualmacoc… “Estando [los españoles] en Coyohuacan, se repartieron todos los pueblos; luego también la gente de todos los pueblos fue dada en encomienda. Entonces se hizo el repartimiento, entonces se estableció la encomienda.” En efecto, la crónica tlatelolca no falta a la verdad. Itlajtule ica melohuac cuale, in tlatelolca in cuale tlocatl "su palabra es verdadera", "los tlatelolca tienen ética". En 1521, el humanismo cristiano de la orden de los Dominicos estaba avanzado. Los justos títulos, la guerra justa o injusta y quiénes eran los habitantes del “Nuevo mundo” tenía diez años de debate en Castilla. Cortés era un hombre educado e informado, sabía qué se discutía y qué políticas desarrollaría la Corona española. Sin duda, sabía que la encomienda y la repartición de los pueblos indios estaban rebasadas, que el Cardenal Francisco Jiménez de Cisneros de Castilla consideraba que los indios eran personas libres, pero no eran suis iuris (sin capacidad jurídica), por ello, debían ser servidumbre (no esclavos) y protegidos por las leyes de la Corona española. Esta idea dio nacimiento a las Repúblicas de indios y Repúblicas de españoles. Las Repúblicas de indios fueron dotados de una autonomía local, los oficiales para la gobernación del pueblo y regidores Alguaciles eran nombrados por el Cacique indio mayor y Religioso o Clérigo del lugar. Los caciques tenían jurisdicción para castigar a los indios que delinquen. Sin embargo, Cortés intentó instaurar, mediante la encomienda, un Estado semi feudal, se quiso erigir como Señor de la Nueva España.
Y bueno, hermanos y
hermanas, una disculpa por el anterior entretenimiento, pero era necesario
apelar a la memoria borrada de nuestros pueblos. En el memorial, observamos que,
al iniciar la conquista, los gentílicos de los habitantes del Anáhuac eran:
Mexica, Xuchimilca, Chalca, Tlahuicas, etc. Después de la ocupación imperialista,
esos nombres desaparecieron y se impuso el nombre de indio, indígena, nativo,
aborigen, natural, etc., porque cualquiera de ellos, borraba la
particularidad de cada etnia, de cada grupo social diferente. Y para la empresa
de conquista la diferencia étnica no era importante, porque su interés era la servidumbre,
la mano de obra, para la explotación y el saqueo de la tierra ocupada. Todos
los indios eran cosas, no seres humanos: eran esclavos, dominados,
encomendados, sujetos al conquistador. Por ello, si queremos dejar nuestra etiqueta
de indios, necesitamos liberarnos, debemos tener nuestro propio gobierno,
debemos ser libres. Regresar a nuestro gentilicio de mosiehualteca implica la
erección de Tetelcingo como Municipio Libre. ¡Indios nos sometieron,
indios nos liberaremos!
Hermanos y hermanas, también
queremos compartir otro pesar. Observamos que Hernán Cortés fundó el primer municipio,
en la Villa Rica de la Veracruz, en 1519. Sin embargo, su erección estuvo al margen
de la ley de Castilla y del Imperio mexica o azteca. Además, Cortés era extranjero,
invasor, conquistador, corsario. Este señalamiento histórico no busca alimentar
ideologías de historias negras o blancas. No. Traemos a la memoria este hecho para
construir una analogía entre un pueblo originario, que se estableció en su territorio
desde hace más de mil años y un grupo de extranjeros que invade, hace la
guerra, destruye, mata y que se erige como MUNICIPIO LIBRE y que la historia
nacional reconoce como un emblema del país. En tanto, muchos pueblos
originarios, no han encontrado justicia, autogobierno, después de quinientos y
un año y tres meses de lucha y resistencia. Tetelcingo es uno de esos tantos
pueblos indios de México. Por esta razón, invitamos a todos y todas a
participar en la Creación del Municipio Libre en Tetelcingo.
Hermanos y hermanas mosiehualte,
tlapanecas, mixtecas y anexas, debemos estar atentos, alertas al proceso de Consulta
indígena. No olvidemos el siguiente calendario de actividades sobre dicha
consulta:
Fase |
Periodo |
Fase Preconsultiva |
30 de mayo al 6 de noviembre de 2022 |
Firma del Protocolo |
7 de noviembre de 2022 |
Publicación de la Convocatoria a la
Consulta. |
9 de noviembre de 2022 |
Fase Informativa |
10 al 19 de noviembre de 2022 |
Fase de deliberación interna. |
20 de noviembre al 1 de diciembre de
2022 |
Fase de diálogo y decisión |
2 al 16 de diciembre de 2022 (15 días) |
Elaboración del informe final y
publicación de resultados |
2 al 20 de enero de 2023 |
En este
momento estamos en la fase de deliberación interna (del 20 al 1° de diciembre),
es decir, en la etapa en donde las comunidades indígenas dialogan sobre la
creación del municipio en Tetelcingo. La fase más importante se acerca: la de
DIÁLOGO Y DECISIÓN: del 2 al 16 de diciembre. Invitamos a todos los hermanos y
hermanas indígenas a que participen en la Asamblea general, para
revertir la historia colonial (que hablaremos en la siguiente carta) que nos
sometió, pero también la historia nacionalista, la del siglo XIX y XX y la
historia reciente o posnacionalista (siglo XXI) que nos siguen marginando,
discriminando y aplastando.
¡Oxon quiema, nejua noso
tejua, tejuante noso nemejua!
Mate masiebico, muosque
sa sie sente.
Continuará…
ectecla@comunidad.unam.mx
ernesto.cera@uacm.edu.mx
[1]
Domingo Francisco de San Antón Moñón CHIMALPAIN CUAUHTLEHUENITZIN. Primera, cuarta, quinta y sexta
relaciones. UNAM, México 2003.P. 141-142. Para una mejor comprensión,
sustituimos la “ç” con cedilla,
por la “s” y la “y” por la correspondiente “i”, según el español de México
actual. También observamos un error en la traducción: dice Matlactlomei “trece”,
nosotros traducimos como doce, porque “matlactli es diez y ome es “dos”.
[2]
Véase Rémi Siméon. Annales: Sixieme et septieme relations (1258-1612) de
Chimalpain Quauhtlehuanitzin, Maisonneneuve et Ch. Leclerc, Editeurs,
París, 1889. P. 3.
[3] Biblioteca
Nacional de Francia. Anales de Tlatelolco. Manuscrito mexicano 22 de la
BNF. Paleografía y traducción: Rafel Tena. CNCA, México, 2004. Pp.
52-55.
[4]
Bartolomé de las Casas llamó “gentil corsario” a Hernán Cortés. Véase: Las
Casas, Bartolomé. Obras escogidas. T. CXV, Ediciones Atlas, Madrid,
1975.
[5] Cfr. Biblioteca
Nacional de Francia. Anales de Tlatelolco. Manuscrito mexicano 22 de la
BNF. Op. cit.
[6]
Cfr. Don Fray Bartolomé de las Casas. Brevísima
relación de la destrucción de las indias, Biblioteca Nacional de
España, España, 1946.
[7] Cfr. Biblioteca
Nacional de Francia. Anales de Tlatelolco. Manuscrito mexicano 22 de la
BNF. Op. cit.
[8]
Cfr. Don Fray Bartolomé de las Casas. Brevísima
relación de la destrucción de las indias. Op. cit.
[9] Cfr. Biblioteca
Nacional de Francia. Anales de Tlatelolco. Manuscrito mexicano 22 de la
BNF. Op. cit.
[10] Ibídem.
[11]
Cfr. Don Fray Bartolomé de las Casas. Brevísima relación de la
destrucción de las indias. Op.
cit.
[12]
Cfr. Antonio de Solís. Historia de la Nueva España. Tomo II, Imprenta de
Francisco Olivar. Madrid, 1840.
[13] Ibídem.
[14] Cfr. Biblioteca
Nacional de Francia. Anales de Tlatelolco. Manuscrito mexicano 22 de la
BNF. Op. cit.
[15]
Alfredo Chavero. Obras históricas de Don Fernando de Alba Ixtlilxochitl.Tomo
I, Secretaría de fomento, México, 1891.
[16] Ibídem.
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