viernes, 1 de abril de 2022

 

La voz machismo en Tetelcingo

Ernesto Cera Tecla

Para unos, el significado de las palabras está en ellas mismas; para otros, el significado está en su uso. Es decir, para ciertos hablantes existen palabras groseras y palabras no groseras, palabras decentes e indecentes; mientras que, para otros, todas las palabras son nobles, no existen palabras ni decentes ni indecentes, todo depende de cómo los hablantes las usan en contextos sociales determinados. En efecto, la voz “machismo” no es una mala palabra en sí misma, sino, todo depende del uso que se hace de ella: bien puede usarse para señalar un fenómeno social, como la asimetría de género en la sociedad, o bien, puede usarse para denigrar, estigmatizar y discriminar a una persona o a u grupo. ¿Cuál es el origen, sentido y uso de la voz machismo en Tetelcingo?

Todas las palabras de todas las lenguas son buenas. El maestro y filólogo venezolano, Don Ángel Rosenblat, dice en la Introducción de su libro “Buenas y malas palabras”: “NO HAY MALAS PALABRAS.” Y explica: todas las palabras, sean de la esfera material o espiritual, tienen dignidad e interés histórico. [1] Sin duda, las palabras son nobles y son ajenas al sentido que el hablante le asigna a cada una de ellas. Es cierto, el significado puede estar vinculado al sistema lingüístico, pero este fenómeno se queda en el nivel de la abstracción de la lengua, del sistema lingüístico. Sin embargo, lo que nos interesa aquí, es el significado que deriva del habla, es decir, de la ejecución (por los hablantes) del sistema lingüístico en la interacción comunicativa.  A decir verdad, todas las palabras son buenas, porque no hay malas palabras. En consecuencia, es en el uso de la lengua que los hablantes asignan un significado a cada una de las palabras para lograr su intención comunicativa.

La voz “machismo” es un anglicismo. El maestro y lingüista, Don José G. Moreno de Alba, quien fuera miembro y director de la Academia mexicana de la lengua, expone que el vocablo “machista” fue documentado en el Diccionario de ingles de Oxford, en 1948. [2] También nos dice que el significado actual de “machismo” no es del español general, sino del español mexicano.  Fueron los norteamericanos que asociaron el significante “machismo” con el concepto “conducta y actitud prepotente de los varones”.  Este significado de “machismo” tuvo como referente el cine mexicano. La imagen del charro mexicano macho (gritón, borracho, mujeriego, jugador, peleador y prepotente) pasó al inglés, como prepotente, sobre todo, con las mujeres. En resumen, “machismo” es, en inglés, un mexicanismo; pero en el español de México es un anglicismo y significa: “hombre que considera al sexo masculino como naturalmente superior al femenino… y pretende imponerse y dominar a las mujeres… Macho mexicano. ¡Aguántese como los machos!”[3]

Lo anterior, es bastante relevante, porque se demuestra que “machismo” es, en primer lugar, una voz recreada de sentido en la lengua inglesa y, en segundo lugar, es una voz que toma como referente la imagen del “charro mexicano macho”, propio de la ideología nacionalista mexicana. Diversos estudios de las Ciencias sociales han mostrado que el nacionalismo decimonónico y del siglo XX, especialmente, el de los gobiernos autoritarios de Manuel Ávila Camacho (1940-1946) y Miguel Alemán (1946-1952), tuvieron como propósito construir una cultura nacional, una cultura imaginaria, artificial, falsa. Y que, por esta razón, invisibilizaron a las culturas de las etnias, de los pueblos indios. Esto significa que, “machismo” en su sentido actual de prepotente es un estereotipo de los “mexicanos”, no exclusivamente de un grupo o de un pueblo, mucho menos indígena. Entiéndase NACIONALISMO. En sentido estricto, “machista” es el mexicano (mestizos, indios, criollos y extranjeros), no es exclusivo de los indios o de los pueblos indios.

La voz “machista” refiere a la conducta y actitud de superioridad del varón mexicano, frente a la mujer mexicana, pero también tiene un sentido connotativo y refiere al varón prepotente indio y a la mujer india sumisa.  Medios de comunicación, nacionales, locales, políticos, servidores públicos, entre otros, han usado y abusado de la voz “machismo”. Ya vimos que este vocablo refiere a una conducta y actitud prepotente de los MEXICANOS. Sin embargo, los actores sociales mencionados han abusado de dicha voz, no para describir la asimetría de género entre los mexicanos, sino para descalificar al pueblo indígena de Tetelcingo. Sin duda, la inequidad de género está presente en la cultura de la etnia mosiehuateca, pero no es exclusivo de la comunidad indígena, sino es exclusivo del país. A esto refiere el ANGLICISMO “machismo”. Entonces, ¿por qué se abusa de esta voz contra los indios de Tetelcingo? La respuesta es muy sencilla: a los antiindianistas  les incomoda que esos indios tetelcintecas e indias sumisas, sean los dueños del territorio de 14 colonias de la Ciudad de Cuautla, no asimilan que esos “indios borrachos” estén amparados por la Constitución federal para erigirse en Municipio indígena, les molesta que el desarrollo económico esté en el territorio de los “indios que se orinan en la calle”, les duele que las principales tiendas nacionales y trasnacionales, estén en el territorio de las “indias sumisas”.  En suma, la voz “machismo” en su sentido connotativo que denigra a los indios tetelcintecas, sólo muestra que quienes dominan en Cuautla, son inmigrantes que quieren someter a los nativos establecidos desde hace mil diez años. Para ello, los inmigrantes dominantes se valen de la guerra lingüística sucia.

Lo anterior, se demuestra con los lamentables feminicidios en Morelos: 19 en 2022.[4] El último caso pasó, tristemente, en Cuautla (nos solidarizamos con la familia). ¿En dónde está la diputada local Paola Cruz que aprendió de su abuela la defensa de las mujeres? ¿En dónde están los medios de comunicación que actuaron con saña contra el “machismo de los indios de Tetelcingo”? ¿En dónde están las servidoras públicas del Instituto de la mujer de la entidad que no toleran el “machismo de los indios”? ¿Por qué no se han pronunciado contra los “machistas”? o ¿los feminicidios no son parte del machismo?  Las respuestas a estas preguntas son el SILENCIO maldito. El silencio es la complicidad, es la oscuridad de las mujeres violentadas. El silencio nos demuestra que frente a la inequidad de género, frente a la violencia en todas sus formas contra las mujeres, el Estado mexicano es parte omisa. Que el macho mexicano tiene permiso para…. (agregue usted lector, la palabra que guste). De paso, quiero agregar, que en la comunidad mosiehualteca, no se ha registrado ningún feminicidio en los últimos 50 años. En fin, ningún tipo de violencia contra las mujeres se justifica, tampoco se justifican las violencias verbales que ocultan el verdadero problema de la violencia de género.

 

En general, la voz “machismo” es un anglicismo para los hablantes del español de México, pero es un mexicanismo, para los hablantes de la lengua inglesa en los Estados unidos. “Machismo” adquiere su sentido de la cultura nacional mexicana. Sin embargo, algunos hablantes utilizan esta voz con dos sentidos: uno denotativo y otro connotativo. El primero refiere a la prepotencia o sentimiento de superioridad de los varones mexicanos. El segundo, hace referencia a los indios machos y a las indias sumisas de Tetelcingo. Los antiindianistas usan la voz “machismo” con sentido connotativo, es decir, con la idea de discriminar, agredir, minimizar, invisibilizar, despersonalizar a los indios mosiehualteca. “Machismo” es un estereotipo, no una categoría analítica.



[1] Ángel Rosenblat. Buenas y malas palabras. Fundación editorial El perro y la rana. Venezuela, 2017. P. 7.

[2] José G. Moreno de Alba. Machismo, en: Minucias del lenguaje. Consultado el 31 de marzo de 2022 de https://bit.ly/3NE6MZh

[3] COLMEX. Diccionario del español de México. Consultado el 01 de abril de 2022 de https://bit.ly/377yhtk

[4] Morelos inicia abril con otro feminicidio… En: El sol de Cuautla. Consultado el 01 de abril de 2022 de https://bit.ly/3tWGYzQ

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