La lengua de madera del
conservadurismo mexicano
(Parte II/III)
Ernesto Cera
Tecla.
El pasado 28 de abril de 2024,
el Instituto Nacional Electoral (INE) realizó el segundo debate presidencial.
En la primera parte, dijimos que los ciudadanos íbamos a escuchar dos discursos
diametralmente opuestos: el discurso del conservadurismo enunciado por Bertha
Xóchitl Gálvez Ruiz, candidata del PAN, PRI y PRD y el discurso
liberal-humanista de Claudia Sheinbaum, Candidata de MORENA, PT y PVEM. También
planteamos que en este trabajo analizamos sólo el discurso político del
conservadurismo que consideramos se funda en la lengua de madera. La
candidata Gálvez Ruiz codifica este discurso político conservador.
Por
razones de espacio, en esta entrega sólo hablaremos del uso de neologismos en
el discurso político del conservadurismo mexicano: la lengua de madera. Éstos
fueron empleados por Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz en los dos debates
presidenciales. Los datos que aquí analizamos fueron extraídos de ambos debates
y de las declaraciones en medios digitales de los diferentes grupos conservadores.
Análisis de datos
La lengua de madera del campo político es el arte de recodificar
el habla para ocultar o disfrazar la realidad e incidir en el enunciatario. Esta lengua
esquiva la realidad socio-política con artimañas léxicas, formatos rígidos, tautologías,
neologismos, eufemismos, comparaciones vagas, palabras pomposas, preguntas
retóricas, etc. No verifica la información, afirma sin fundamento, utiliza pruebas
falsas, entre otros…
[I] Neologismos
En los debates presidenciales del 7 y 28 de abril de 2024, la candidata
presidencial del PAN, PRI y PRD utilizó neologismos para descalificar a su
adversaria, la candidata Claudia Sheinbaum de la Coalición “Sigamos haciendo
historia”. El neologismo es de forma y de sentido. El
primero, significa la expresión o palabra creada desde cero o formada por un proceso
morfológico (derivación, composición, analogía); el segundo refiere a la
expresión
o palabra existente en el español de México, pero utilizada con un nuevo
significado. Estos recursos lexicales son una
constante en el discurso político conservador.
En los dos debates, Gálvez Ruiz utilizó los siguientes neologismos de
forma contra Sheinbaum Pardo: Narco candidata, Narco partido morena, Narco
gobierno, Candidata de las mentiras, Dama de hielo, Mujer fría y sin corazón,
Claudicar, Señora de las mentiras, Momia, Candidata calca, etc.
Los neologismos de Gálvez Ruiz forman parte de otros utilizados en el
discurso conservador contra el presidente de México.
Los neologismos de forma son:
Narcopresidente, Gobiernícola, El Mesías tropical, Mal-gobernante (Jorge
Ramos, Univisión, 30-01-2024), Maloliente, Demente senil, Hombre sin mundo, El
Cacas, Indio de Macuspana, Hombre maná, etc.
Los neologismos de sentido: Pendejo, Miserable-Mierda (Javier
Lozano, Atypical Te Ve, 27-12-2023), Naco, Indio pata-rajada, Corrupto, Aldeano,
Dictador, Comunista, Autoritario, Autócrata, Pejelagarto, Populista, Monje franciscano,
El Anticristo, Supersticioso, Satánico, Ignorante (Javier Milei, Presidente
de Argentina, 28-3-2024), etc.
La política es, según Sartori, una guerra de palabras, en la que el
enunciador nomina a su adversario con palabras negativas y a sus aliados con
palabras positivas. La comunicación política se sirve de este antagonismo y
éste se construye discursivamente.[1] De aquí que, los neologismos del discurso político conservador
o lengua de madera tienen un mismo fin político: denostar, insultar, calumniar,
destruir a la candidata Claudia Sheinbaum y al presidente de México. Tienen un
significado ideológico: el presidente y la candidata oficial carecen, según estos
neologismos, de ética política, no son demócratas, no son humanistas, no
construyen, sino destruyen; no son personas sino cosas... Son la negación, son
nada. Los neologismos intentan despersonalizar a los representantes del “Humanismo
mexicano”. Esta es la idea que los políticos conservadores quieren imponer
a los mexicanos, utilizando redes sociales, medios de comunicación masiva convencionales
y líderes de opinión pública.
El neologismo-discurso
En la era de la posverdad [situación en la que
tiene más importancia la opinión, la emoción o ideología que la realidad de
hechos] ha surgido el neologismo-discurso. El discurso en la
posverdad busca incidir en la opinión pública, mediante emociones, demagogia,
mentiras, u otro, que recurriendo a los hechos verdaderos. En este caso, el
libro “La historia secreta” de Anabel Hernández, es un
neologismo-discurso. Pues entendemos que la unidad mínima del habla no es la
palabra o la oración, sino el texto. En otras palabras, el libro Hernández tiene
el mismo sentido que los neologismos de forma: acusar al mandatario de “narcopresidente”.
Sin duda, el libro es panfletario, libelo, porque: 1) el 22 de febrero de 2024,
el Portavoz para asuntos internacionales de la Casa Blanca, John Kirby dijo
que: “No hay ninguna investigación sobre el presidente López Obrador”;
2) el 29 de abril de los corrientes, Anabel Hernández retó a AMLO para que “El
Grande” narre en las mañaneras cómo el cártel de Sinaloa financió su campaña de
2006. El reto de la periodista es ridículo. La analogía que hace entre AMLO y
García Luna está fuera de lugar, porque en todo caso, serían los jueces quienes
tendrían que llamar a AMLO y a El Grande, pero como se dijo en el numeral uno:
para la Casa blanca no existe ninguna investigación judicial contra el
presidente. Entonces, el libro “La historia secreta” de Anabel Hernández
no es una investigación periodística, sino un neologismo-discurso
orientado a calumniar de “narcopresidente” a AMLO.
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