jueves, 16 de mayo de 2024

 

La lengua de madera del conservadurismo mexicano

(Parte II/III)

Ernesto Cera Tecla.

 

El pasado 28 de abril de 2024, el Instituto Nacional Electoral (INE) realizó el segundo debate presidencial. En la primera parte, dijimos que los ciudadanos íbamos a escuchar dos discursos diametralmente opuestos: el discurso del conservadurismo enunciado por Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, candidata del PAN, PRI y PRD y el discurso liberal-humanista de Claudia Sheinbaum, Candidata de MORENA, PT y PVEM. También planteamos que en este trabajo analizamos sólo el discurso político del conservadurismo que consideramos se funda en la lengua de madera. La candidata Gálvez Ruiz codifica este discurso político conservador.

 

Por razones de espacio, en esta entrega sólo hablaremos del uso de neologismos en el discurso político del conservadurismo mexicano: la lengua de madera. Éstos fueron empleados por Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz en los dos debates presidenciales. Los datos que aquí analizamos fueron extraídos de ambos debates y de las declaraciones en medios digitales de los diferentes grupos conservadores.

   

Análisis de datos

La lengua de madera del campo político es el arte de recodificar el habla para ocultar o disfrazar la realidad e incidir en el enunciatario. Esta lengua esquiva la realidad socio-política con artimañas léxicas, formatos rígidos, tautologías, neologismos, eufemismos, comparaciones vagas, palabras pomposas, preguntas retóricas, etc. No verifica la información, afirma sin fundamento, utiliza pruebas falsas, entre otros…

 

Foto tomada de la red.

[I] Neologismos

En los debates presidenciales del 7 y 28 de abril de 2024, la candidata presidencial del PAN, PRI y PRD utilizó neologismos para descalificar a su adversaria, la candidata Claudia Sheinbaum de la Coalición “Sigamos haciendo historia”. El neologismo es de forma y de sentido. El primero, significa la expresión o palabra creada desde cero o formada por un proceso morfológico (derivación, composición, analogía); el segundo refiere a la expresión o palabra existente en el español de México, pero utilizada con un nuevo significado. Estos recursos lexicales son una constante en el discurso político conservador.

 

En los dos debates, Gálvez Ruiz utilizó los siguientes neologismos de forma contra Sheinbaum Pardo: Narco candidata, Narco partido morena, Narco gobierno, Candidata de las mentiras, Dama de hielo, Mujer fría y sin corazón, Claudicar, Señora de las mentiras, Momia, Candidata calca, etc.

 

Los neologismos de Gálvez Ruiz forman parte de otros utilizados en el discurso conservador contra el presidente de México.

 

Los neologismos de forma son:  Narcopresidente, Gobiernícola, El Mesías tropical, Mal-gobernante (Jorge Ramos, Univisión, 30-01-2024), Maloliente, Demente senil, Hombre sin mundo, El Cacas, Indio de Macuspana, Hombre maná, etc.

 

Los neologismos de sentido: Pendejo, Miserable-Mierda (Javier Lozano, Atypical Te Ve, 27-12-2023), Naco, Indio pata-rajada, Corrupto, Aldeano, Dictador, Comunista, Autoritario, Autócrata, Pejelagarto, Populista, Monje franciscano, El Anticristo, Supersticioso, Satánico, Ignorante (Javier Milei, Presidente de Argentina, 28-3-2024), etc.

 

La política es, según Sartori, una guerra de palabras, en la que el enunciador nomina a su adversario con palabras negativas y a sus aliados con palabras positivas. La comunicación política se sirve de este antagonismo y éste se construye discursivamente.[1] De aquí que, los neologismos del discurso político conservador o lengua de madera tienen un mismo fin político: denostar, insultar, calumniar, destruir a la candidata Claudia Sheinbaum y al presidente de México. Tienen un significado ideológico: el presidente y la candidata oficial carecen, según estos neologismos, de ética política, no son demócratas, no son humanistas, no construyen, sino destruyen; no son personas sino cosas... Son la negación, son nada. Los neologismos intentan despersonalizar a los representantes del “Humanismo mexicano”. Esta es la idea que los políticos conservadores quieren imponer a los mexicanos, utilizando redes sociales, medios de comunicación masiva convencionales y líderes de opinión pública.

 

El neologismo-discurso

En la era de la posverdad [situación en la que tiene más importancia la opinión, la emoción o ideología que la realidad de hechos] ha surgido el neologismo-discurso. El discurso en la posverdad busca incidir en la opinión pública, mediante emociones, demagogia, mentiras, u otro, que recurriendo a los hechos verdaderos. En este caso, el libro “La historia secreta” de Anabel Hernández, es un neologismo-discurso. Pues entendemos que la unidad mínima del habla no es la palabra o la oración, sino el texto. En otras palabras, el libro Hernández tiene el mismo sentido que los neologismos de forma: acusar al mandatario de “narcopresidente”. Sin duda, el libro es panfletario, libelo, porque: 1) el 22 de febrero de 2024, el Portavoz para asuntos internacionales de la Casa Blanca, John Kirby dijo que: “No hay ninguna investigación sobre el presidente López Obrador”; 2) el 29 de abril de los corrientes, Anabel Hernández retó a AMLO para que “El Grande” narre en las mañaneras cómo el cártel de Sinaloa financió su campaña de 2006. El reto de la periodista es ridículo. La analogía que hace entre AMLO y García Luna está fuera de lugar, porque en todo caso, serían los jueces quienes tendrían que llamar a AMLO y a El Grande, pero como se dijo en el numeral uno: para la Casa blanca no existe ninguna investigación judicial contra el presidente. Entonces, el libro “La historia secreta” de Anabel Hernández no es una investigación periodística, sino un neologismo-discurso orientado a calumniar de “narcopresidente” a AMLO. 

 

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[1] Sartori, G. (2007). ¿Qué es la democracia? Taurus Pensamiento.

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