Periodismo de la posverdad en Tetelcingo
Ernesto Cera Tecla
Desde el mes de diciembre de 2021, Tetelcingo vive una crisis política,
una crisis para elegir, por usos y costumbres, a su representante popular: el Delegado
o delegada político. El problema se ha hecho más grande y complejo, porque
instituciones corruptas, como los Tribunales electorales, tanto estatal, como
federal, han metido las manos no para resolver, sino para ahondar el conflicto
político. Últimamente, se ha incorporado otra institución, el Instituto de
la mujer para el estado de Morelos, que resultó peor que los tribunales electorales,
porque demostró ser una institución eurocéntrica e insensible al feminismo de
las mujeres indígenas: las feministas mosiehuale. Las instituciones, en
comento, se niegan a reconocer la decisión autónoma de la comunidad mosiehualteca,
a pesar de que el Delegado político y la comunidad han acatado los lineamientos
de equidad de género que ellas mismas establecieron. El resultado de votación
de la última asamblea general, hace evidente que la indígena Araceli Xixitla y
su Nueva planilla política (Tonochti) no tiene el respaldo, la legitimidad política de
la comunidad mosiehuale. Pues se han realizado dos asambleas generales,
públicas, abiertas y vigiladas por autoridades del Municipio de Cuautla, el
Instituto de la mujer de la entidad, tribunales electorales y medios de comunicación
y, en ambas, Araceli Xixitla ha sido rechazada, deslegitimada. La determinación
de los ciudadanos y, a la vez, mosiehualteca, no se funda en la idea de negar
la participación de una mujer en el proceso electoral, sino en rechazar a una
planilla política oportunista, respaldada por grupos de poder antiindianistas
del exterior, que siempre han promovido el despojo del territorio y sometimiento
de los indios de Tetelcingo. Sobre este conflicto político, varios “medios (des)
informativos” digitales han aprovechado la
situación, para denostar a la etnia mosiehuale, para vociferar contra
los indios teteltzintecas, para etiquetarles prototipos denigrantes: “machistas”,
“borrachos”, “ignorantes” “atrasados” “rudos” y anexas. Sin duda, este tipo de periodismo
no es informativo, sino panfletario, propagandístico, seudoperiodismo. Es un
seudoperiodismo que difunde noticas falsas (fake news), que apela
a las emociones y creencias de los ciberlectores o spectatoryoutubers (espectadores
de videos en You tube) y no la descripción de los hechos objetivos, es
decir, es un periodismo de la posverdad.
Lato sensu, periodismo es, según el Diccionario del español de
México, “conjunto de actividades profesionales relacionadas con el
tratamiento y la publicación de noticias por medio de los medios de
comunicación, especialmente de los periódicos…”[1] En nuestro
caso, nos referimos, especialmente, a las actividades relacionadas con la noticia
publicada en los medios digitales. Stricto sensu, el periodismo digital es
el oficio de escribir en un periódico virtual o de socializar información de
manera digital. El periodismo digital tiene la función primordial de informar
al escucha o al lector virtual. Al no cumplirse
esta función comunicativa, entonces, estamos frente a una propaganda política,
no frente a un periodismo digital.
En México, el periodismo convencional (periódicos, radio y televisión) y
conservador construyó, en gran parte, la base ideológica del régimen neoliberal. De este hecho,
los empresarios, dueños de los principales Diarios nacionales (Reforma, El
Universal, Milenio, entre otros) eran beneficiados de la
política neoliberal que fabricó a millones de pobres y amplió la brecha de la
desigualdad social. El neoliberalismo estableció la relación entre empresarios y
medios de comunicación. En otras palabras, los dueños de los periódicos más influyentes
en México eran de la fracción económica y política dominante. Aunque los dueños
del Reforma, El universal, Milenio, entre otros, no
tenían grandes fortunas, sí recibieron dinero público (para la publicidad), a
cambio de proteger a los poderosos y denostar a los opositores al régimen
autoritario y corrupto.[2] Tales
periódicos conservadores, abonaron para la construcción de una mentalidad
clasista y racista.
En los últimos tres años, los periódicos nacionales conservadores redefinieron
su blanco de ataque ideológico: el gobierno de Obrador.[3] En esta
guerra ideológica unidireccional, el periodismo convencional, se convirtió en “boletín
del conservadurismo” e hizo el periodismo de la objetividad, un periodismo de
la posverdad. La ideología conservadora es producida y reproducida por: Reforma,
El Universal, Milenio, El Financiero, entre otros. Todos
estos periódicos recibían cuantiosos apoyos económicos (El Chayote) del régimen
neoliberal. La subvención terminó con el régimen político actual (2018-2022). El periódico La Jornada es un de
los pocos que ha estado cerca de los hombres visibles e invisibles (los pobres).
Es un periódico de periodistas, no de empresarios. El periodismo conservador dejó
la objetividad, por la posverdad. La posverdad refiere a las circunstancias
en que los hechos objetivos influyen menos en la formación de la opinión
pública, que la apelación a la emoción y a la creencia. En este sentido, el periodismo
de la posverdad es aquél que hace afirmaciones con sentimiento de
verdad, pero sin fundamento en la realidad.[4] Este
tipo de periodismo la realizan los mismos periódicos conservadores.
A la luz de lo anterior,
analicemos, por razones de espacio, sólo dos medios (des)informativos que trataron la crisis electoral en Tetelcingo,
Morelos:
1.- El periódico Milenio nacional dice en un video del 17
de marzo de 2022 (Véase, “Tetelcingo, Morelos”, en: https://bit.ly/3wlQnmg): “NIEGAN PARTICIPACIÓN
DE MUJERES EN ELECCIÓN”. Más adelante dice la voz en off: “Tetelcingo
se dividió en dos, de un lado votó el machismo que busca preservar los usos y
costumbres, y del otro, mujeres y hombres que buscan cambiar las cosas…” Indiscutiblemente,
estas afirmaciones son de posverdad, porque: a) la convocatoria para la
asamblea general (del 15-03-2022) pasó por los criterios de género establecidos
por Tribunal electoral del poder
judicial de la federación, el Instituto de la mujer de la entidad y el Cabildo
del municipio de Cuautla y se convocó abiertamente a hombres y mujeres; b) los
que negaron la participación de la planilla Tonochti no fueron los “machistas”,
sino ciudadanos y ciudadanas, varones y mujeres mosiehualte que refrendaron
sus instituciones milenarias; b) los contrarios, no necesariamente son antimachistas,
pues son parte de la misma cultura indígena, sino más bien, son la punta de lanza
de los anti indianistas que pretenden acabar con las instituciones indígenas
del poblado. Entonces, ¿por qué Milenio se dedicó a denostar a la
comunidad mosiehuale, en lugar de realizar una verdadera investigación
periodística con distintos actores? El trabajo de la posverdad de Milenio
no es extraño. Este periódico es parte de la “prensa conservadora”, como ha señalado
el Presidente de la República. Fue creado por el Grupo Monterrey, el grupo que
aglutina a los empresarios más ricos de México, que se benefició en los treinta
años de neoliberalismo y que siempre han hecho todo para invisibilizar a los pobres
y a los indios del país. En suma, Milenio es un panfleto de los varones del
dinero que no tienen como oficio informar, sino desinformar.
2. El medio digital de Cuautla, denominado “El Sitio Informativo” es un
medio amarillista, además propaga información falsa (Véase, El Sitio
Informativo, “#Tetelcingo”, en: https://bit.ly/3ij0ZKn).
El 15 de marzo, día de la asamblea general en Tetelcingo, este portal escribió el
siguiente hashtag (las faltas de ortografía son de la fuente) en su página
de Facebook: “#Tetelcingo
Este día en asamblea la Delegación Política de Tetelcingo tomara una decisión
importante, ¿Permitirá los habitantes de Tetelcingo la participación de la
mujer en la elección de Delegado Político? ó ¿Seguirán con el respeto a sus
usos y costumbres, para la que solo existe una forma cerrada para la asignación
de sus candidatos que tradicionalmente siempre son hombres?” En las
preguntas, el “El Sitio Informativo” plantea un dilema inexistente. Afirma que
la asamblea decidirá si se acepta o no la participación de una mujer. Esta afirmación
es totalmente falsa, porque ninguna planilla legítima (por usos y costumbres) ha
rechazado la participación de una mujer. Está claro, que los corruptos Tribunales
electorales sólo prescribieron que la
Asamblea general de Tetelcingo debería consultar a hombres y mujeres sobre la participación
o no de una Nueva planilla (Tonochti), en la que participaría la indígena
Araceli Xixitla. Todavía más, Araceli Xixitla fue militante de la Planilla roja,
hace más de una década. Por tanto, no se puede alegar que las
planillas no permiten la participación de las mujeres. Más bien, el grupo desestabilizador de Araceli
Xixitla, intenta destruir las instituciones indígenas, al proponer un Consejo
electoral al estilo del derecho electoral nacional, porque así conviene a los intereses
de los grupos de poder local. Un Consejo electoral fundado en el derecho
electoral nacional no es un ejemplo de la igualdad de género. Sobra de paso
decir, que el derecho electoral occidental que rige en nuestro país, no ha podido
resolver la desigualdad de género en la cultura política nacional, ni antes ni
ahora. En Cuautla, por ejemplo, no ha habido una presidenta municipal, desde el
siglo XIX hasta nuestros días; en México, tampoco ha habido una mujer
presidenta, desde la fundación de la primera República. Entonces, ¿qué pretenden
decir cuando estigmatizan a la norma interna de Tetelcingo? ¿Acaso el derecho
electoral nacional no ha tolerado el machismo (o la dominación masculina) en la
cultura política de los mexicanos? Sin duda, el machismo es un problema
estructural, no es un problema de una cultura o un pueblo. De lo anterior, se
sigue la siguiente pregunta: ¿por qué El Sitio informativo (des)informa de esta
manera? Claro, no entra en la lógica de la prensa conservadora nacional, pero
podríamos decir que es un periodiquito miniconservador local. En otras
palabras, es un medio (des)informativo digital prostituido, un medio que se
vende al mejor postor. En resumen, El Sitio informativo es amarillista, fake
news, panfletario y de la posverdad.
En general, los mexicanos estamos viviendo una prensa, en su mayoría
conservadora, al servicio del poder de una minoría económica y en contra del régimen
que fracturó la relación entre Estado y medios (des) informativos. Además, la
prensa conservadora ha pasado de un periodismo objetivo, a un periodismo de la posverdad.
Este
fenómeno a nivel nacional, también se observa a nivel local, los medios
(des)informativos también participan en la producción y reproducción de informaciones
falsas, apelan a la posverdad y se alejan de los sectores sociales más
necesitados.
[1] COLMEX. Diccionario del español de México. Consultado el 20 de marzo de 2022 de https://bit.ly/3CXQ3LE
[2] Cfr. Andrés
Manuel López Obrador. A la mitad del camino. Planeta, México,
2021.
[3] Prensa conservadora es, según AMLO, la prensa fifí, doble cara,
hipócrita. Es aquella que aparenta ser independiente, objetiva, pero que
defiende intereses creados y está al servicio de los poderosos, no de los
pobres. Es la misma que aplaudió y quemó incienso a los que saquearon y
destruyeron al país, durante todo el periodo neoliberal o neoporfirista. La
prensa conservadora es un grupo de poder, un proyecto de nación. Cfr. Gobierno
de México. Aeropuerto internacional Felipe Ángeles. Conferencia
presidente AMLO. Consultado el 21 de marzo de 2022 de https://bit.ly/36FZXWk
[4]
Carlos Fazio. La guerra mediática y la posverdad. Consultado el
19 de marzo de 2022 de https://bit.ly/3u8wpIV