lunes, 21 de marzo de 2022

 

Periodismo de la posverdad en Tetelcingo

Ernesto Cera Tecla

 

Desde el mes de diciembre de 2021, Tetelcingo vive una crisis política, una crisis para elegir, por usos y costumbres, a su representante popular: el Delegado o delegada político. El problema se ha hecho más grande y complejo, porque instituciones corruptas, como los Tribunales electorales, tanto estatal, como federal, han metido las manos no para resolver, sino para ahondar el conflicto político. Últimamente, se ha incorporado otra institución, el Instituto de la mujer para el estado de Morelos, que resultó peor que los tribunales electorales, porque demostró ser una institución eurocéntrica e insensible al feminismo de las mujeres indígenas: las feministas mosiehuale. Las instituciones, en comento, se niegan a reconocer la decisión autónoma de la comunidad mosiehualteca, a pesar de que el Delegado político y la comunidad han acatado los lineamientos de equidad de género que ellas mismas establecieron. El resultado de votación de la última asamblea general, hace evidente que la indígena Araceli Xixitla y su Nueva planilla política (Tonochti)  no tiene el respaldo, la legitimidad política de la comunidad mosiehuale. Pues se han realizado dos asambleas generales, públicas, abiertas y vigiladas por autoridades del Municipio de Cuautla, el Instituto de la mujer de la entidad, tribunales electorales y medios de comunicación y, en ambas, Araceli Xixitla ha sido rechazada, deslegitimada. La determinación de los ciudadanos y, a la vez, mosiehualteca, no se funda en la idea de negar la participación de una mujer en el proceso electoral, sino en rechazar a una planilla política oportunista, respaldada por grupos de poder antiindianistas del exterior, que siempre han promovido el despojo del territorio y sometimiento de los indios de Tetelcingo. Sobre este conflicto político, varios “medios (des) informativos” digitales  han aprovechado la situación, para denostar a la etnia mosiehuale, para vociferar contra los indios teteltzintecas, para etiquetarles prototipos denigrantes: “machistas”, “borrachos”, “ignorantes” “atrasados” “rudos” y anexas. Sin duda, este tipo de periodismo no es informativo, sino panfletario, propagandístico, seudoperiodismo. Es un seudoperiodismo que difunde noticas falsas (fake news), que apela a las emociones y creencias de los ciberlectores o spectatoryoutubers (espectadores de videos en You tube) y no la descripción de los hechos objetivos, es decir, es un periodismo de la posverdad.

 

Lato sensu, periodismo es, según el Diccionario del español de México, “conjunto de actividades profesionales relacionadas con el tratamiento y la publicación de noticias por medio de los medios de comunicación, especialmente de los periódicos…”[1] En nuestro caso, nos referimos, especialmente, a las actividades relacionadas con la noticia publicada en los medios digitales. Stricto sensu, el periodismo digital es el oficio de escribir en un periódico virtual o de socializar información de manera digital. El periodismo digital tiene la función primordial de informar al escucha o al lector virtual.  Al no cumplirse esta función comunicativa, entonces, estamos frente a una propaganda política, no frente a un periodismo digital.

 

En México, el periodismo convencional (periódicos, radio y televisión) y conservador construyó, en gran parte, la base ideológica del régimen neoliberal. De este hecho, los empresarios, dueños de los principales Diarios nacionales (Reforma, El Universal, Milenio, entre otros) eran beneficiados de la política neoliberal que fabricó a millones de pobres y amplió la brecha de la desigualdad social. El neoliberalismo estableció la relación entre empresarios y medios de comunicación. En otras palabras, los dueños de los periódicos más influyentes en México eran de la fracción económica y política dominante. Aunque los dueños del Reforma, El universal, Milenio, entre otros, no tenían grandes fortunas, sí recibieron dinero público (para la publicidad), a cambio de proteger a los poderosos y denostar a los opositores al régimen autoritario y corrupto.[2] Tales periódicos conservadores, abonaron para la construcción de una mentalidad clasista y racista.

 

En los últimos tres años, los periódicos nacionales conservadores redefinieron su blanco de ataque ideológico: el gobierno de Obrador.[3] En esta guerra ideológica unidireccional, el periodismo convencional, se convirtió en “boletín del conservadurismo” e hizo el periodismo de la objetividad, un periodismo de la posverdad. La ideología conservadora es producida y reproducida por: Reforma, El Universal, Milenio, El Financiero, entre otros. Todos estos periódicos recibían cuantiosos apoyos económicos (El Chayote) del régimen neoliberal. La subvención terminó con el régimen político actual (2018-2022).  El periódico La Jornada es un de los pocos que ha estado cerca de los hombres visibles e invisibles (los pobres). Es un periódico de periodistas, no de empresarios. El periodismo conservador dejó la objetividad, por la posverdad. La posverdad refiere a las circunstancias en que los hechos objetivos influyen menos en la formación de la opinión pública, que la apelación a la emoción y a la creencia. En este sentido, el periodismo de la posverdad es aquél que hace afirmaciones con sentimiento de verdad, pero sin fundamento en la realidad.[4] Este tipo de periodismo la realizan los mismos periódicos conservadores.

 

 A la luz de lo anterior, analicemos, por razones de espacio, sólo dos medios (des)informativos  que trataron la crisis electoral en Tetelcingo, Morelos:

 

1.- El periódico Milenio nacional dice en un video del 17 de marzo de 2022 (Véase, “Tetelcingo, Morelos”, en: https://bit.ly/3wlQnmg): “NIEGAN PARTICIPACIÓN DE MUJERES EN ELECCIÓN”. Más adelante dice la voz en off: “Tetelcingo se dividió en dos, de un lado votó el machismo que busca preservar los usos y costumbres, y del otro, mujeres y hombres que buscan cambiar las cosas…” Indiscutiblemente, estas afirmaciones son de posverdad, porque: a) la convocatoria para la asamblea general (del 15-03-2022) pasó por los criterios de género establecidos por Tribunal electoral del  poder judicial de la federación, el Instituto de la mujer de la entidad y el Cabildo del municipio de Cuautla y se convocó abiertamente a hombres y mujeres; b) los que negaron la participación de la planilla Tonochti no fueron los “machistas”, sino ciudadanos y ciudadanas, varones y mujeres mosiehualte que refrendaron sus instituciones milenarias; b) los contrarios, no necesariamente son antimachistas, pues son parte de la misma cultura indígena, sino más bien, son la punta de lanza de los anti indianistas que pretenden acabar con las instituciones indígenas del poblado. Entonces, ¿por qué Milenio se dedicó a denostar a la comunidad mosiehuale, en lugar de realizar una verdadera investigación periodística con distintos actores? El trabajo de la posverdad de Milenio no es extraño. Este periódico es parte de la “prensa conservadora”, como ha señalado el Presidente de la República. Fue creado por el Grupo Monterrey, el grupo que aglutina a los empresarios más ricos de México, que se benefició en los treinta años de neoliberalismo y que siempre han hecho todo para invisibilizar a los pobres y a los indios del país. En suma, Milenio es un panfleto de los varones del dinero que no tienen como oficio informar, sino desinformar.

 

2. El medio digital de Cuautla, denominado “El Sitio Informativo” es un medio amarillista, además propaga información falsa (Véase, El Sitio Informativo, “#Tetelcingo”, en: https://bit.ly/3ij0ZKn). El 15 de marzo, día de la asamblea general en Tetelcingo, este portal escribió el siguiente hashtag (las faltas de ortografía son de la fuente) en su página de Facebook: “#Tetelcingo Este día en asamblea la Delegación Política de Tetelcingo tomara una decisión importante, ¿Permitirá los habitantes de Tetelcingo la participación de la mujer en la elección de Delegado Político? ó ¿Seguirán con el respeto a sus usos y costumbres, para la que solo existe una forma cerrada para la asignación de sus candidatos que tradicionalmente siempre son hombres?” En las preguntas, el “El Sitio Informativo” plantea un dilema inexistente. Afirma que la asamblea decidirá si se acepta o no la participación de una mujer. Esta afirmación es totalmente falsa, porque ninguna planilla legítima (por usos y costumbres) ha rechazado la participación de una mujer. Está claro, que los corruptos Tribunales electorales  sólo prescribieron que la Asamblea general de Tetelcingo debería consultar a hombres y mujeres sobre la participación o no de una Nueva planilla (Tonochti), en la que participaría la indígena Araceli Xixitla. Todavía más, Araceli Xixitla fue militante de la Planilla roja, hace más de una década.   Por tanto, no se puede alegar que las planillas no permiten la participación de las mujeres. Más  bien, el grupo desestabilizador de Araceli Xixitla, intenta destruir las instituciones indígenas, al proponer un Consejo electoral al estilo del derecho electoral nacional, porque así conviene a los intereses de los grupos de poder local. Un Consejo electoral fundado en el derecho electoral nacional no es un ejemplo de la igualdad de género. Sobra de paso decir, que el derecho electoral occidental que rige en nuestro país, no ha podido resolver la desigualdad de género en la cultura política nacional, ni antes ni ahora. En Cuautla, por ejemplo, no ha habido una presidenta municipal, desde el siglo XIX hasta nuestros días; en México, tampoco ha habido una mujer presidenta, desde la fundación de la primera República. Entonces, ¿qué pretenden decir cuando estigmatizan a la norma interna de Tetelcingo? ¿Acaso el derecho electoral nacional no ha tolerado el machismo (o la dominación masculina) en la cultura política de los mexicanos? Sin duda, el machismo es un problema estructural, no es un problema de una cultura o un pueblo. De lo anterior, se sigue la siguiente pregunta: ¿por qué El Sitio informativo (des)informa de esta manera? Claro, no entra en la lógica de la prensa conservadora nacional, pero podríamos decir que es un periodiquito miniconservador local. En otras palabras, es un medio (des)informativo digital prostituido, un medio que se vende al mejor postor. En resumen, El Sitio informativo es amarillista, fake news, panfletario y de la posverdad.

 

En general, los mexicanos estamos viviendo una prensa, en su mayoría conservadora, al servicio del poder de una minoría económica y en contra del régimen que fracturó la relación entre Estado y medios (des) informativos. Además, la prensa conservadora ha pasado de un periodismo objetivo, a un periodismo de la posverdad.   Este fenómeno a nivel nacional, también se observa a nivel local, los medios (des)informativos también participan en la producción y reproducción de informaciones falsas, apelan a la posverdad y se alejan de los sectores sociales más necesitados.

 



[1] COLMEX. Diccionario del español de México. Consultado el 20 de marzo de 2022 de https://bit.ly/3CXQ3LE

[2] Cfr. Andrés Manuel López Obrador. A la mitad del camino. Planeta, México, 2021.

[3] Prensa conservadora es, según AMLO, la prensa fifí, doble cara, hipócrita. Es aquella que aparenta ser independiente, objetiva, pero que defiende intereses creados y está al servicio de los poderosos, no de los pobres. Es la misma que aplaudió y quemó incienso a los que saquearon y destruyeron al país, durante todo el periodo neoliberal o neoporfirista. La prensa conservadora es un grupo de poder, un proyecto de nación. Cfr. Gobierno de México. Aeropuerto internacional Felipe Ángeles. Conferencia presidente AMLO. Consultado el 21 de marzo de 2022 de https://bit.ly/36FZXWk

[4] Carlos Fazio. La guerra mediática y la posverdad. Consultado el 19 de marzo de 2022 de https://bit.ly/3u8wpIV