La voz machismo
en Tetelcingo
Ernesto Cera Tecla
Para unos, el significado de las
palabras está en ellas mismas; para otros, el significado está en su uso. Es
decir, para ciertos hablantes existen palabras groseras y palabras no groseras,
palabras decentes e indecentes; mientras que, para otros, todas las palabras son
nobles, no existen palabras ni decentes ni indecentes, todo depende de cómo los
hablantes las usan en contextos sociales determinados. En efecto, la voz “machismo”
no es una mala palabra en sí misma, sino, todo depende del uso que se hace
de ella: bien puede usarse para señalar un fenómeno social, como la asimetría
de género en la sociedad, o bien, puede usarse para denigrar, estigmatizar y
discriminar a una persona o a u grupo. ¿Cuál es el origen, sentido y uso de la
voz machismo en Tetelcingo?
Todas las palabras de todas las
lenguas son buenas. El maestro y filólogo venezolano, Don Ángel Rosenblat, dice
en la Introducción de su libro “Buenas y malas palabras”: “NO HAY MALAS
PALABRAS.” Y explica: todas las palabras, sean de la esfera material o
espiritual, tienen dignidad e interés histórico. [1] Sin
duda, las palabras son nobles y son ajenas al sentido que el hablante le asigna
a cada una de ellas. Es cierto, el significado puede estar vinculado al sistema
lingüístico, pero este fenómeno se queda en el nivel de la abstracción de la
lengua, del sistema lingüístico. Sin embargo, lo que nos interesa aquí, es el
significado que deriva del habla, es decir, de la ejecución (por los hablantes)
del sistema lingüístico en la interacción comunicativa. A decir verdad, todas las palabras son
buenas, porque no hay malas palabras. En consecuencia, es en el uso de la
lengua que los hablantes asignan un significado a cada una de las palabras para
lograr su intención comunicativa.
La voz “machismo” es un anglicismo.
El maestro y lingüista, Don José G. Moreno de Alba, quien fuera miembro y
director de la Academia mexicana de la lengua, expone que el vocablo “machista”
fue documentado en el Diccionario de ingles de Oxford, en 1948. [2] También
nos dice que el significado actual de “machismo” no es del español general,
sino del español mexicano. Fueron los
norteamericanos que asociaron el significante “machismo” con el concepto “conducta
y actitud prepotente de los varones”. Este
significado de “machismo” tuvo como referente el cine mexicano. La imagen del
charro mexicano macho (gritón, borracho, mujeriego, jugador, peleador y
prepotente) pasó al inglés, como prepotente, sobre todo, con las
mujeres. En resumen, “machismo” es, en inglés, un mexicanismo; pero en el
español de México es un anglicismo y significa: “hombre que considera al sexo
masculino como naturalmente superior al femenino… y pretende imponerse y
dominar a las mujeres… Macho mexicano. ¡Aguántese como los machos!”[3]
Lo anterior, es bastante relevante,
porque se demuestra que “machismo” es, en primer lugar, una voz recreada de
sentido en la lengua inglesa y, en segundo lugar, es una voz que toma como
referente la imagen del “charro mexicano macho”, propio de la ideología nacionalista
mexicana. Diversos estudios de las Ciencias sociales han mostrado que el
nacionalismo decimonónico y del siglo XX, especialmente, el de los gobiernos autoritarios
de Manuel Ávila Camacho (1940-1946) y Miguel Alemán (1946-1952), tuvieron como
propósito construir una cultura nacional, una cultura imaginaria, artificial,
falsa. Y que, por esta razón, invisibilizaron a las culturas de las etnias, de los
pueblos indios. Esto significa que, “machismo” en su sentido actual de
prepotente es un estereotipo de los “mexicanos”, no exclusivamente de un grupo
o de un pueblo, mucho menos indígena. Entiéndase NACIONALISMO. En sentido estricto,
“machista” es el mexicano (mestizos, indios, criollos y extranjeros), no es exclusivo
de los indios o de los pueblos indios.
La voz “machista” refiere a la
conducta y actitud de superioridad del varón mexicano, frente a la mujer mexicana,
pero también tiene un sentido connotativo y refiere al varón prepotente indio y
a la mujer india sumisa. Medios de
comunicación, nacionales, locales, políticos, servidores públicos, entre otros,
han usado y abusado de la voz “machismo”. Ya vimos que este vocablo refiere a
una conducta y actitud prepotente de los MEXICANOS. Sin embargo, los actores
sociales mencionados han abusado de dicha voz, no para describir la asimetría
de género entre los mexicanos, sino para descalificar al pueblo indígena de
Tetelcingo. Sin duda, la inequidad de género está presente en la cultura de la
etnia mosiehuateca, pero no es exclusivo de la comunidad indígena, sino
es exclusivo del país. A esto refiere el ANGLICISMO “machismo”. Entonces, ¿por
qué se abusa de esta voz contra los indios de Tetelcingo? La respuesta es muy
sencilla: a los antiindianistas les
incomoda que esos indios tetelcintecas e indias sumisas, sean los dueños
del territorio de 14 colonias de la Ciudad de Cuautla, no asimilan que esos “indios
borrachos” estén amparados por la Constitución federal para erigirse en Municipio
indígena, les molesta que el desarrollo económico esté en el territorio de los “indios
que se orinan en la calle”, les duele que las principales tiendas nacionales y
trasnacionales, estén en el territorio de las “indias sumisas”. En suma, la voz “machismo” en su sentido
connotativo que denigra a los indios tetelcintecas, sólo muestra que quienes
dominan en Cuautla, son inmigrantes que quieren someter a los nativos establecidos
desde hace mil diez años. Para ello, los inmigrantes dominantes se valen de la
guerra lingüística sucia.
Lo anterior, se demuestra con los
lamentables feminicidios en Morelos: 19 en 2022.[4] El
último caso pasó, tristemente, en Cuautla (nos solidarizamos con la familia). ¿En dónde
está la diputada local Paola Cruz que aprendió de su abuela la defensa de las
mujeres? ¿En dónde están los medios de comunicación que actuaron con saña contra
el “machismo de los indios de Tetelcingo”? ¿En dónde están las servidoras
públicas del Instituto de la mujer de la entidad que no toleran el “machismo de
los indios”? ¿Por qué no se han pronunciado contra los “machistas”? o ¿los feminicidios
no son parte del machismo? Las
respuestas a estas preguntas son el SILENCIO maldito. El silencio es la complicidad, es la oscuridad de las mujeres violentadas. El silencio nos demuestra que
frente a la inequidad de género, frente a la violencia en todas sus formas
contra las mujeres, el Estado mexicano es parte omisa. Que el macho mexicano
tiene permiso para…. (agregue usted lector, la palabra que guste). De paso,
quiero agregar, que en la comunidad mosiehualteca, no se ha registrado
ningún feminicidio en los últimos 50 años. En fin, ningún tipo de violencia
contra las mujeres se justifica, tampoco se justifican las violencias verbales
que ocultan el verdadero problema de la violencia de género.
En general, la voz “machismo” es
un anglicismo para los hablantes del español de México, pero es un mexicanismo,
para los hablantes de la lengua inglesa en los Estados unidos. “Machismo” adquiere
su sentido de la cultura nacional mexicana. Sin embargo, algunos hablantes
utilizan esta voz con dos sentidos: uno denotativo y otro connotativo. El
primero refiere a la prepotencia o sentimiento de superioridad de los varones
mexicanos. El segundo, hace referencia a los indios machos y a las indias
sumisas de Tetelcingo. Los antiindianistas usan la voz “machismo” con sentido connotativo,
es decir, con la idea de discriminar, agredir, minimizar, invisibilizar,
despersonalizar a los indios mosiehualteca. “Machismo” es un estereotipo,
no una categoría analítica.
[1] Ángel
Rosenblat. Buenas y malas palabras. Fundación editorial El perro
y la rana. Venezuela, 2017. P. 7.
[2] José G.
Moreno de Alba. Machismo, en: Minucias del lenguaje.
Consultado el 31 de marzo de 2022 de https://bit.ly/3NE6MZh
[3] COLMEX. Diccionario
del español de México. Consultado el 01 de abril de 2022 de https://bit.ly/377yhtk
[4] Morelos
inicia abril con otro feminicidio… En: El sol de Cuautla.
Consultado el 01 de abril de 2022 de https://bit.ly/3tWGYzQ