miércoles, 10 de mayo de 2023

 


Choletzi: ¡Feliz día de la madre! 

A donde quiera que estés o adonde quiera que te encuentres.


In memoriam.

Carta a mi madre

 

Tetelcingo, a 13 de noviembre de 2018.

 

Nonontzi, tonontzi, mi mamá, nuestra mamá, Choletzi:

 

Ayer a las 6:40 dejaste de sentir las cosas que sentimos contigo en el curso de nuestras existencias y nuestras vidas. La última vez que nos vimos, que platicamos, me preguntaste:

 

-¿Está nublado, hijo?


Te dije:


-No Choletzi, no está nublado.

 

Ya no pude decirte más, entendí que estabas en una difícil batalla y decidí guardar silencio. Pero hoy, frente a ti, frente a tu cuerpo inerte y presente, te digo: nonontzi “mi madrecita”, la mañana era limpia como tu pensamiento, el aire era cálido como tu corazón, el amanecer resplandeciente como tu palabra. También quiero decirte que, un día antes, tus animalitos estaban inquietos, presentían algo incierto. Es verdad, todos sabíamos que tu potencia, tu poder, tu existencia, tu vida, estaba dando la última batalla con el Dios todo poderoso, o sea, con la naturaleza. Dios o la naturaleza te venció, no para que desaparezcas, sino para que tu cuerpo se convierta en otra materia y para que estemos juntos en este universo hecho de diversas materias e ideas.

 

Choletzi: Tus hijos te damos las gracias por darnos la vida, por darnos un poder, una existencia, una vida que seguimos esculpiendo y no terminamos ni terminaremos. También te damos las gracias, porque entendiste desde muy temprano que tus hijos no podían permanecer esclavos de sus deseos, emociones o supersticiones, ni sujetos a un poder social o político. Apostaste toda tu energía a nuestra educación formal e informal. Tus límites no fueron nuestros límites, al contrario, fueron manantiales de poder-hacer. Nos enseñaste a leer sin saber leer, a escribir sin saber escribir. Nos enseñaste a sembrar sembrando, a cosechar trabajando.  Eras una sabia. Una filósofa. Los sabios o las sabias no necesariamente tienen educación formal, ni los que tienen educación son necesariamente sabios. Las sabias son aquellas personas que piensan la vida y viven su pensamiento. Tú, no tenías una educación formal, pero pensabas y vías la vida, por eso sabías una verdad necesariamente verdadera, sabías que nuestra educación era nuestra liberación, sabías que las ideas adecuadas o verdaderas eran la medicina y la salud de nuestro pensamiento, nuestra alma, nuestro espíritu. Estabas en lo cierto y lograste tu meta: pues estas palabras que ahora escuchamos los que estamos aquí, frente a ti, a lado de cuerpo inerte, son tus palabras, tus ideas verdaderas, tu pensamiento, tu inteligencia. Es tu sabiduría, es TU AMOR A DIOS.

 

Bueno, nos vemos allá adonde también iremos. Te alcanzaremos en Mejtlompa o "casa de los muertos", allá nos esperarás. Ahí nuevamente hablaremos en mosiehualcupa o lengua originaria de nuestro pueblo tetelcinga.

 

Gracias por todo mamá.  Nonontzi cache cuale tlascomate “madrecita, mejor muchas gracias”.

 

Tonontzi: temonemitis patoyulo “Madrecita: vivirás siempre en nuestros corazones”

 

Descansa en paz.

 

Ernesto Cera Tecla y familia.