sábado, 2 de junio de 2018

¿Por quién debemos votar los mosiehualte?

Erniesto Xiela Tetla*

Hoy siete de junio, nos acercamos a la recta final de las elecciones federales de 2018. Elecciones que a leguas deja ver la avanzada del luchador social Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición "Juntos haremos historia". En general, las encuestas refrendan la conexión entre la ciudadanía en el hartazgo social y el proyecto de nación de AMLO. Especialistas de política, derecho, elecciones; medios de comunicación, redes sociales… están en la misma sintonía. No obstante, la existencia del priísmo, panismo y perredismo preocupados por la realidad política imperante. Y claro, también los contras de primera línea, los enemigos de los pobres y la sociedad: la aristocracia política y económica dominante del país. Frente a esa relación de fuerza: ¿Por quién debemos votar los indios de Tetelcingo, Morelos?  ¿Por AMLO de la coalición Juntos haremos historia? ¿Por Anaya de la coalición: PRD, PAN y Movimiento Ciudadano?

Ricardo Anaya Cortés candidato de la coalición Por México al frente es un demagogo que garantiza la reproducción de las relaciones sociales de colonialismo interno en la región de Cuautla, Morelos. Ricardo Anaya es el alfil del partido (PAN) que en el sexenio de Lázaro Cárdenas defendió a los hacendados y se opuso a la recuperación de la tierra ancestral de los pueblos indios. Hoy día, Anaya es el candidato del  partido que se ha manifestado abiertamente en contra de cualquier derecho de los pueblos indígenas.  El mismo Fox, en su gobierno, propuso eliminar la historia prehispánica de los libros de texto gratuito, porque la historia mexicana empieza, dijo, a partir del sometimiento azteca por los españoles. Anaya es el candidato del partido que más declaraciones racista ha expresado a través de sus militantes: caso 1: panista llama “simio” a Ronaldinho (Cfr. https://bit.ly/1Agh5Ze), caso 2: panista dice que “indígenas huelen mal” (Cfr. https://bit.ly/2xyzF6h) y annexus. En suma, Ricardo Anaya es el candidato que garantiza la continuidad de las relaciones de explotación de un pueblo sobre otro pueblo, es decir, la explotación y dominación de los mosiehualte por los quixtionos dominantes.[1] 

Ricardo Anaya es el candidato presidencial del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que en 2001: se unió con el PAN y PRI para aprobar una Ley indígena contraria a la voz de los pueblos indígenas de México.  Es cierto, el PRD nació de la rebelión civil de 1988 (Frente Democrático Nacional), sin embargo, pronto se prostituyó en las relaciones de poder. El PRD que postula a Anaya ha sido incapaz de institucionalizarse e incluir a los pueblos indios en sus gobiernos. Al final, los perredista han terminado gobernando como el PRI o el PAN: la misma gata, pero revolcada: “pan y circo para los indios”.  Anaya es postulado por el PRD, por  tanto, por Rodrigo Gayosso (candidato a la gubernatura del estado de Morelos), Tadeo Nava (candidato a diputado federal) y Pablo Portillo (candidato a la presidencia de Cuautla, por Movimiento Ciudadano). En consecuencia, los indios que apoyan a Rodrigo Gayosso, Tadeo Nava o  Pablo Partillo están apoyando al hablador, demagogo y mentiroso Ricardo Anaya, el candidato de los empresarios, el candidato de los partidos (PAN, PRD y Movimiento ciudadano) que han frenado cualquier derecho de los pueblos indios de México.

¡Bien! La relación entre líderes indígenas de Tetelcingo y el PRD-Movimiento ciudadano es patológica.  En efecto, el actual gobernador del Estado de Morelos, Graco Ramírez (padre político de Rodrigo Gayosso), es el autor del “proyecto de municipalización indígena”, sin embargo, su colega Tadeo Nava (también de filiación perredista), es el autor de la Controversia constitucional que detuvo el proceso de municipalización indígena en Tetelcingo, en otras palabras, el PRD propuso la municipalización y el mismo PRD la detuvo. Este hecho se agrava más cuando algunos líderes indígenas se convierten en serviles de los enemigos del proyecto de municipalización. Es el caso particular del indio Sebastián Balón que aceptó (por intereses mezquinos) ocupar la presidencia de Cuautla mientras Tadeo Nava compite por una diputación federal. Esta jugada es sumamente importante y grave: por un lado, Tadeo detiene la municipalización a través de la Controversia constitucional (en el plano jurídico) y, por otro, desarticula el proceso organizativo de los indios (en el plano político) mediante la cooptación del líder indígena: Sebastián Balón. Es importante precisar que Sebastián Balón es el presidente municipal legal, pero el presidente de hecho es Raúl Tadeo Nava, en otras palabras, Sebastián Balón es el mandadero, el limpia-botas, la servidumbre del racista Tadeo Nava. En definitiva, la relación entre los líderes indígenas de Tetelcingo y el PRD y Movimiento ciudadano es enfermiza: los líderes indios son manipulados, comprados, sometidos y engañados por los líderes del PRD y Movimiento ciudadano.

Andrés Manuel López Obrador candidato a la presidencia por la coalición Juntos haremos historia es la esperanza de los indios de México. Las propuestas de Obrador son por demás conocidas y muchas se orientan al México profundo, o sea, al México real, a los mexicanos atrapados en el laberinto de la pobreza y la desigualdad social. Y aquí, no vale la distinción entre indios y no indios porque la pobreza en el país no respeta color, ni razas, ni etnias. Obrador ha propuesto, en caso de ganar la presidencia, al mixe, abogado y luchador social,  Adelfo Regino Montes como responsable de una institución federal para la atención de los pueblos indígenas.  AMLO no está pensando en líderes indígenas creados por el Estado, caciques indígenas (como Xochitll Gálvez, panista) que sólo sirven para acrecentar sus intereses y para desarticular cualquier forma de organización comunitaria independiente. En Tetelcingo, tenemos el caso de Tirso Clemente, un cacique indígena que supuestamente representa a MORENA en la comunidad teteltzinca, pero que no ha hecho ninguna promoción del voto a favor de la coalición: Juntos haremos historia. El Cacique indígena no promueve el voto, pero sí busca un puesto (con Marcos Zapotitla Becerro)  a través del efecto Obrador. En resumen, AMLO es el candidato de los mexicanos, de los indios honestos de México (no de los caciques indígenas), de los mosiehualte libres, es la esperanza de México. Por eso: Obrador: Tlahtoane de Miexejcu “Obrador: Presidente de México”.



*Dr. Ernesto Cera Tecla, maestro, abogado y antropólogo, profesor-investigador de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
[1] Mosiehualte refiera a las personas nativas de Tetelcingo, Morelos. Quixtiono significa persona mestiza de la región de Cuautla, Morelos.

viernes, 1 de junio de 2018


Porque nada humanos me es ajeno:
Política sí, bravuconería, no

Ernesto Cera Tecla

En los últimos días, muchos  actores de la UACM hemos gozado de un gran espectáculo: una lucha política a muerte entre el grupo que respalda al actual rector Galdino Morán López y, por otro lado, el grupo opositor que considera que Galdino Morán no es un rector, sino un usurpador. Frente a este hecho político, los aliados del rector consideran que la elección se fundó en la legalidad (legítimo)  y legitimidad; los segundos, al contrario, consideran que existe una ausencia de ambos principios fundamentales de derecho y de gobierno. El duelo entre ambos grupos es, para algunos, signo de una crisis política en la UACM; para otros, es apenas una de las muchas formas de vida existencial de nuestra casa de estudios. Pero ¿qué está pasando realmente? ¿cuál es el trasfondo de esa relación política de repulsión?

El compañero Galdino Morán López es  un rector legal o  legítimo en la UACM. Morán López es legítimo porque   el rol que ocupa actualmente en la universidad es resultado de un conjunto de actos jurídicos o actos lícitos, es decir, de un procedimiento electoral que autorizaron los distintos dispositivos normativos de nuestra institución. A contrario sensu, la transgresión a la  prohibición de la normativa de la UACM hubiera derivado en actos antijurídicos electorales, que hubieran terminado en la suspensión del procedimiento electoral. Por fortuna, el proceso electoral estuvo al margen de actos antijurídicos o ilícitos. Lo anterior es así porque los gobernados fuimos testigos de cómo los órganos de gobierno cumplieron (en la forma y fondo) con las etapas del proceso electoral: desde la publicación de la convocatoria, hasta la envestidura del rector. En suma, Galdino Morán es un rector LEGÍTMO, es un rector electo por los órganos legítimamente constituidos, es una autoridad fundada sobre las bases jurídicas de la UACM.

Galdino Morán es un rector legal, por tanto, es un rector con legitimidad. Legitimidad deriva del latín legitimus y significa que algo está fijado por la ley o que es conforme a la ley, que es legítimo, legal. Entonces, legitimidad es el carácter de eso que es legítimo, es decir, de aquello que está fundado en el derecho o la ley, que está conforme a un gobierno legítimo. Sin duda, la legitimidad no se funda solamente en la ley, sino también en criterios como el sexo, la edad, el origen, la riqueza, el conocimiento, la experiencia, etcétera. Pero esta última fuente de legitimidad del rector no está en cuestión porque no es parte de la exigencia normativa de la UACM. Es quizá, la tarea que le tocará realizar al rector para que su autoridad sea admitida ampliamente en la comunidad universitaria. En definitiva, Morán López es un rector legítimo, un rector con legitimidad.

Contrariamente a todo lo anterior, un mentado despachador del CHyCS, un tal Mtro. Alberto Zárate Rosales ha estado cometiendo varios actos antijurídicos o actos ilícitos en la UACM. En esta ocasión, señalaré uno, el que ilustra su bravuconería, su  política de cantina, de buscapleitos. Desde la fundación de la universidad, para todos  está claro que la normativa de la UACM ha creado los espacios académicos para asuntos académicos y los espacios políticos para ibídem. Sin embargo, el mentado despachador ha utilizado los espacios académicos (reuniones de enlaces) para sus intereses políticos. Un ejemplo, es el comunicado con fecha 31 de mayo de 2018 (Cfr. https://bit.ly/2J7UYgp) donde habla a nombre de todas las academias del CHyCS para supuestamente condenar varios hechos políticos y para defender la libertad de expresión, pero en mi caso (y creo que de otros académicos también) no hemos sido violentados ni clandestina ni abiertamente por nuestra manera de pensar, hacer y decir. En consecuencia, es imperativo que el despachador del CHyCS  realice lo que la ley le permite (discutir asuntos académicos), no lo que la ley le prohíbe (realizar actos políticos en las reuniones de academia).  

En general, es natural que al interior de las comunidades universitarias se viva con intensidad la política, la vida política es hermanada de la vida académica. No hay academia sin política ni política sin academia. En otras palabras, es normal que se expresen abiertamente grupos políticos antagónicos, lo importante es respetar los órganos de gobierno legítimamente instituidos. En este respeto, debemos tener claro que la vida política debe estar fundada en la vida académica porque es la columna vertebral de la UACM y porque así lo mandata la Ley suprema del país. Por ello, la politización de los espacios académicos debe ser frenada porque atenta contra la normativa de nuestra casa de estudios. Política sí, bravuconería, no.